En Montequinto, Dos Hermanas, casi todo el mundo sabe quién es «don Pablo», el médico de cabecera de toda la vida del barrio, que atendió durante varias décadas a las familias que, poco a poco, fueron llegando a esta zona para establecer aquí su sitio de residencia. Aunque todo el mundo lo conoce así, como «don Pablo, el médico», su nombre completo es Pablo Guzmán Pueyo y desde este pasado jueves su figura forma parte ya de la historia de este núcleo urbano.
El Ayuntamiento de Dos Hermanas ha decidido que el centro de formación de personas adultas del barrio lleve su nombre, a tenor de los requerimientos de unos vecinos que se sentían en deuda con este médico de cabecera, que ha atendido a numerosas personas en su consulta y trabajó por mejorar el sistema sanitario cuando el barrio empezaba a crearse, prácticamente desde cero, en los años ochenta.
El alcalde Francisco Toscano fue, este pasado jueves, el encargado de descubrir la gran placa, que ya luce en el jardín de entrada al centro, acompañado por el propio protagonista y homenajeado de la cita, el doctor Pablo Guzmán, quien quiso agradecer el gesto a sus vecinos y al propio Ayuntamiento nazareno. «Esto me llena de orgullo pero también de vergüenza. No podría ser lo que soy sin todo el equipo del centro de salud de Montequinto», aseguró el facultativo en referencia a sus compañeros que acudieron a la cita para arroparlo. «En todo caso, pido perdón y disculpas por si en mi acción de gestión o asistencia, incluso como persona, le he podido fallar a alguien o he cometido algún error», añadió Guzmán antes de recibir un sonoro aplauso.
Desde su llegada, Guzmán se involucró en el barrio y apoyó encarecidamente la construcción del centro de salud, que comenzaría a levantarse en torno a 1984, según recordó Toscano al subrayar que el «tema sanitario» era «prioritario» por aquel entonces en el desarrollo de Montequinto.
Noticia original de ABC DOS HERMANAS

Francisco Toscano y Pablo Guzmán – L.M.