Reparan una vieja furgoneta para convertirla en cafetería portátil

Reparan una vieja furgoneta para convertirla en cafetería portátil
Almudena y Virginia posan con la Estafette adaptada - L.M.
Almudena y Virginia posan con la Estafette adaptada – L.M.

Virginia Morales y Almudena Millán son dos jóvenes sevillanas que desde hace unos cuantos meses se pasean por las calles de Dos Hermanas al volante de una Renault Estafette 1.000, una clásica y exclusiva furgoneta fabricada en Francia en 1965 que se ha convertido en su particular negocio desde que decidieron repararla para que hiciera las veces de una cafetería portátil. Su término anglosajón es «food truck», es decir, furgonetas que venden comida en plena calle, una actividad muy común en el extranjero y que cada vez tiene más adeptos en nuestro país.

Se hicieron con ella hace más de un año, cuando la compraron a un vendedor francés que aún la conservaba, y desde entonces han tenido que someterla a una serie de cambios y mejoras, de motor, chapa y pintura, para ponerla a punto. Y es que, a sus cincuenta años recién cumplidos, esta Estafette sigue en plena forma, ahora como cafetería en la que poder pedir un café o tomar un dulce.

La idea surgió durante la estancia de ambas en Inglaterra, donde residieron durante cuatro años empleadas en el sector de la hostelería. «Trabajábamos en un hotel y cuando organizábamos bodas este servicio se requería mucho,funcionaba muy bien y decidimos volvernos para ponerlo en funcionamiento aquí», cuenta Virginia, de 28 años y licenciada en Topografía. Precisamente, a la iniciativa la bautizaron como Salisbury Coffee Van, por el nombre del pueblo inglés en el que estuvieron viviendo.

La Estafette está casi todas las tardes en el parque de San José de Dos Hermanas sirviendo meriendas, aunque también pasa por el bulevar Manuel Clavero Arévalo y los merenderos de la ermita de la Alegría de Entrenúcleos, el parque Dehesa Doña María o el parque junto a la Universidad Popular. Elestilo retro de esta clásica furgoneta de Renault permite, además, dar un toque singular a esta forma de vender cafés, dulces y aperitivos.

A 60 por hora

«El único inconveniente son los días de lluvia, que son días perdidos para nosotras, y que se averíe la furgoneta», reconoce la otra socia de este proyecto, Almudena, de 38 años y licenciada en Geografía. Y es que, no hay que olvidar que pese a ese sabor romántico y nostálgico de la Estafette, el vehículo tiene ya a sus espaldas cinco décadas de historia. No circula a más de 60 o 70 kilómetros por hora -«una vez lo puse a 80», confiesa Virginia-, y cuando una pieza se estropea hay que pedir el recambio a Francia. El propio motor está entre los asientos del conductor y el copiloto y, según reconocen sus nuevas dueñas, subir las cuestas es tarea imposible.

Aun así, la Renault Estafette es la joya de la corona del negocio ya que, además de servir para ofrecer desayunos, meriendas y cenas en parques y jardines, también ha tenido este verano su utilidad en campañas de publicidad. Pertenecen al club Clásicos y Joyas de Sevilla y están incluidas en el registro general de «food truck», ya que la Estafette ofrece sus servicios también en bodas y otras citas familiares, fiestas de fin de curso y eventos de empresas.

De cualquier forma, más allá del placer culinario sobre cuatro ruedas que llevan por todos los puntos de Dos Hermanas y alrededores de la provincia, el verdadero reclamo de su negocio radica en esta clásica furgoneta. «Muchos se acercan únicamente para verla», aseguran estas dos emprendedoras que rescataron del olvido una reliquia de mitad del siglo XX para adaptarla a la moda y los nuevos usos que llegan desde más allá de nuestras fronteras.

ABCSEVILLA

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