Hay recetas que son un clásico de la cocina. Las empanadillas son una de esas recetas. Todo el mundo las hace, de un sabor u otro, fritas o al horno, caseras o compradas, pero hay muy pocas casas donde no se preparen. Normalmente, compramos las obleas de las empanadillas porque nos ahorran tiempo. No sé a vosotros, pero a mí las que venden me parecen muy pequeñas. Casi no me cabe el relleno y son difíciles de cerrar, si quieres poner un relleno mediamente decente. Por eso, prefiero hacer la masa para empanadillas casera.

Al preparar la masa de las empanadillas en casa, me permite jugar con los tamaños y las formas. Las puedo hacer más grandes o más pequeñas, según como las quiera presentar. A veces, las hago cuadradas o rectangulares y nos redondas. Además, que el sabor no tiene ni punto de comparación.

No he probado a congelar la masa, porque normalmente las horneo y es en ese momento, una vez frías, cuando las congelo. Y quedan genial, después sólo se tienen que descongelar, se calientan un poco y listos! Una comida lista en pocos minutos!
Además, es un tipo de comida que nos sirve tanto para llevar un día de campo, como para una reunión más formal, sólo es necesario cambiar el relleno. Si se quiere algo más sofisticado, se puede rellenar de marisco o con setas, y algo más campechano; jamón y queso.

Ya tenéis una idea para todas estas reuniones navideñas que se nos avecinan. Seguro que a los vuestros les van a encantar y como veis hacer la masa para empanadillas es muy, pero que muy fácil!